domingo, 1 de abril de 2012

La bailarina de ballet




I
En su biblioteca… una vela,
y en su centro, una bailarina de ballet
con apretados zapatos azules que ilumina con resplandor,
las escritas hojas del Lector.

Hojas que eran vacíos continentes blancos,
y fueron hundidos por la azulada tinta…
tinta que fue gota caída,
y se esparció creando ríos de cursivas.

Al hombre siempre le gustó
jugar con la bailarina de ballet:
tirarle suspiros sin que desaparezca,
tomarla de su cintura y quemarse
esos dedos que luego se vuelven grises
cenizas…


II
La bailarina comienza a deleitar con su luz,
los libros que el hombre lee.
Conoce acerca de la gran bailarina universal,
-el Sol-
y como ella desea enardecer…
se enamora también
de fábulas y dragones,
de romances y trovadores,
por lo que decide escaparse de sus zapatitos de cera,
y sumergirse vorazmente a la hoja
para besar cada letra…

III
He imaginado ser aquél poema…
y ver como mi pirómano Lector
dejó que ese meteorito cayera,
frío Lector,
que deja que se consuman las vértebras
de mis versos,
que se van expandiendo incontrolables
alrededor suyo,
mientras inmóvil él,
observa el espectáculo con fascinación.

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